martes, 1 de diciembre de 2015

EL ACEITE DE OLIVA

El olivo y el aceite de olivo ha sido desde la antigüedad el principal cultivo, que daba trabajo a la mayor parte de la población y siendo el aceite uno de los principales alimentos, usado en casi todas la recetas de cocina de nuestra localidad, en aliños, en salsas, en fritos y en dulces. Además formo parte del famoso jabón de Sevilla que aunque su factoría principal estaba en Triana (Sevilla) , Carrión contaba con almonas en donde se fabricaba también el jabón.



BREVE HISTORIA DEL ACEITE DE OLIVA



ANDALUCES DE JAÉN DE MIGUEL HERNÁNDEZ



Datos obtenidos de la Lección del Olivo y del Aceite en Andalucía- Juan Eslava Galan

ELABORACIÓN TRADICIONAL DEL ACEITE DE OLIVA

Tipos de aceite de oliva: pincha en este enlace

El proceso de elaboración del aceite de oliva: Pincha en este enlace
El olivo y la aceituna: Pincha en este enlace


CANCIÓN INFANTIL AL OLIVO SUBÍ



CUADROS DEL OLIVO

OLIVO CON CIELO AMARILLO Y SOL VAN GOGH

ZABALETA


EL OLIVO EN LA POESÍA

Antonio Machado (1875-1939)

Olivo del camino (fragmento)

Olivo solitario,
lejos del olivar, junto a la fuente,
olivo hospitalario
que das tu sombra a un hombre pensativo
y a un agua transparente.
al borde del camino que blanquea,
guarde tus verdes ramas, viejo olivo,
la diosa de ojos glaucos, Atenea

Blas De Otero (1916-1979)

Canción quince

Ramo de oliva, vamos
a verdear el aire,
que todo sea ramos
de olivos en el aire.
Defenderemos la tierra
roja que vigilamos.
Que todo sea ramos
de olivos en el aire.
Puestos en pie de paz,
unidos, laboramos.
Ramo de oliva, vamos
a verdear el aire.
A verdear el aire.
Que todo sea ramos
de olivos en el aire.

Federico García Lorca (1898-1936)

Arbolé, arbolé ...

Arbolé, arbolé
seco y verdé.
La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
«Vente a Granada, muchacha».
La niña no los escucha.
Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
«Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
«Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.
Arbolé, arbolé
seco y verdé.

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